Mientras estabamos en la movilidad que nos llevaría a nuestro destino, viajabamos por la ciudad, observando los enormes edificios, plazas y largas avenidas. Una vez que bajamos observamos un letrero que decia MINIMUNDO, que luego de cruzar su entrada ¡nos agrandamos!. Para sorpresa de nosotros todo se volvio chico, el Estadio Nacional, La Plaza de Acho, El Aeropuerto Jorge Chavez, La Plaza de Armas, hasta ¡Machu Picchu! estaba allí, tan pequeño que podiamos ver todo.
Antes de entrar a MINIMUNDO, fuimos a visitar a Eduardo que lejos desde su habitación en el hospital Hospital Rebagliatti le hicimos sentir nuestro cariño y el enorme deseo de su pronta recuperación. Pues en los próximos días saldría a darse un descanso para luego regresar y a frontar valientemente otra dura batalla a la leucemia mediante quimioterapias, batalla de la que sabemos saldrá victorioso.
¡Fuerza Eduardo!
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